martes, 19 de agosto de 2008

Cocina Emocional


Desde El Pais Semanal, con esas recetas de cocina que parecían cuadros de Miró, Malevich o Kandinsky con mucho color y poco que llevarse al buche, hasta cualquier mal imitador de Ferrán Adrià, la cocina tradicional (sí, la de los huevos fritos con patatas y croquetas de jamón) ha sido vilipendiada y condenada al ostracismo.
Una pléyade de cursis eruditos de la nada, de estómagos vendidos y agradecimientos capciosos, obligó a la tortilla de patata, las judias con jamón y al flan con nata a desaparecer de las cartas de los restaurantes chic de nuestra piel de toro.
Hemos pasado de "saborear y engullir" a "observar y pasar hambre" ante un plato de "comida". Pero eso sí, con un claro coste adicional en nuestros bolsillos. Si en un menú adivinamos de qué puede estar hecho ese plato de título ininteligible, ya no tiene gracia. El problema viene cuando pedimos sin saber lo que es para no quedar en ridículo delante del maitre de turno. A ver si por los 32 euros que vale van a tener además que explicárnoslo.
Luis de la Mata (Don Benito, 1957), además de buen gusto en el escribir y masticar, nos abre el apetito con un recetario en el que mezcla el cariño y la lechuga, las risas con jamón, la caricia a feira y la alegría asada a la pimienta.
No me atrevo a juzgar la magnitud de esta obra, solo quédense con una de las muchas recetas que abundan en este libro maravilloso:

FABADA ASTURIANA CON CARIÑO
INGREDIENTES (para 4 personas)

300 gramos de Alubia Blanca (fabes), 1 Zanahoria, 1 Puerro, 1 Chorizo, 1 Morcilla, 300 gramos de Tocino con veta, 1 Hueso de Jamón, 1 pizca de pimentón y sal, mucho cariño y saber perdonar.

ELABORACIÓN:
Tras una discusión estúpida (como todas) ponemos a remojo las alubias en Agua fría la noche anterior. También se pone a remojar, en agua templada el hueso de jamón mientras se nos va pasando el cabreo.
Al día siguiente, en el que no hay motivo para seguir enfadados, en una cazuela grande ponemos las fabes junto con la zanahoria y el puerro limpios y enteros, el tocino con veta, y el hueso de jamón.
Cubrimos con agua fría y ponemos al fuego mientras nos besamos.
Después del primer hervor, desespumamos y dejamos cocer lentamente, procurando que las fabes estén siempre cubiertas de agua. Volvemos a la habitación a firmar la paz en horizontal.
Nos acariciamos.
Dejamos de acariciarnos, tiramos la ropa al suelo.
En caso de necesitarlo, añadimos agua fría en pequeñas cantidades (hablamos de la cazuela).
Introducimos la morcilla y el chorizo (hablamos de la fabada) enteros en cualquier momento pero teniendo en cuenta que hay que dejarlos cocer junto con las fabes tan sólo 20 minutos.
Una vez cocida la morcilla y el chorizo, los sacamos del cocido y reservamos.
También podemos hacer lo mismo con lo nuestro.
El caldo debe quedar espeso; para ello pasaremos unas fabes junto con la verdura del cocido y una pizca de pimentón por el pasador. Esas manos...!
Ya cocidas las fabes, se retiran del fuego y se dejan reposar 10 minutos. Nosotros descansamos si hace falta.
Una vez reposadas y puestas a punto de sal, las presentamos en la mesa en una sopera con las carnes y embutidos partidos en trozos.

Nos vestimos y disfrutamos de la comida (hablamos de la fabada).
(8/10)

COCINA EMOCIONAL. Luis de la Mata. F0z Editores. 146 págs. 16 €

8 comentarios:

merilú dijo...

No pude, la verdad es que no pude seguir las indicaciones de absolutamente ninguna de las recetas que recomienda este libro. Lo intenté con todas mis fuerzas, pero como siempre, antes del primer hervor ya me encuentro en la cama con mi marido, escogiendo bien los ingredientes con los que hacer mi propia sopa de amor. Y así, cuando retorno al calor de la cocina, las patatas ya están deshechas, el ajo, quemado, y no hay nada que pueda ser salvado. Sólo merece la pena la compra de este libro por leer las primeras lineas cada vez, que te inspiran como ningún libro de Sexo Tántrico haya podido hacer nunca.

Unknown dijo...

La verdad es que no me ha gustado este libro, mi falta de pareja me impide disfrutar como debiera de sus lineas, pues ni practicando el onanismo he conseguido meterme en el papel, no obstante lo recomiendo encarecidamente a todos aquellos que tienen la suerte de disponer de compañera/compañero, y que a falta de buenos momentos, siempre podrán comer sano y variado.

de la Loma dijo...

Para empezar, creo que no es un libro para ayudarnos a hacer recetas, mas bien es una coleccion de experiencias y propuestas que intentan jugar con el lector, a veces provocarle...llevarle hasta la cocina y estimularle a jugar con distintos ingredientes..

Sugiero empezar por la "paella emocional"... y fijaros cuando dice "..ahora es el momento de añadir el arroz y un sofrito con cebolla, puerro, pimiento y lo que le guste, ¡improvise! ¡experimente!"... no es un libro para noveles.

saludos

Anónimo dijo...

Me sugiere unas líneas:

Suave
se desliza
El maíz con la mantequilla
La mantequilla sobre el pan
El pan sobre sí

Y yo,
Me aspirizo
Me gozo
Sumido en un martini agitado no mezclado.

Anónimo dijo...

"LLorar sin cortar cebolla" es mi apunte favorito, estos pequeños trucos de cocina, son los que hacen de este un gran libro.

Las recetas aun tradicionales no dejan de sorprender, la tortilla con lagrimas de desamor es de mis preferidas y por suerte o por desgracia, ya la practicaba años antes de publicarse el libro.

ehpero dijo...

Puede que haya gente que les valga como excusa el libro para echar un polvo, hasta los que lo utilicen para cocinar sus exquisitas y melancolicas recetas.
No importa tanto el libro en si, más bien nuestra reacción o camino a escoger entre la locura gastronómica y el deseo sexual. ¿O es al revés?
Alguna vez que tuve la suerte de comer con Luis de la Mata, me di cuenta que para él, y uso palabras textuales "mojar pan en una buena salsa sin una carga emocional añadida es como bailar un vals el día de tu boda con música de Leonardo Dantés."

Unknown dijo...

Bueno, no exageremos, personalmente creo que Luis de la Mata esta un poco sobrevalorado, incluso me atrevería a decir que ha copiado alguna receta de las que aparecen en su libro.
Sin ir mas lejos el "pato a la desesperada" ya lo cocinaba Juan Alberto Antuña en su restaurante de Valladolid (El Alquimista).. vamos..no me puedo creer que no lo hayais probado alguno de vosotros..

John F. Absolut dijo...

Este libro falla en los tempos, llega un momento en el que, o sigues cocinando y te dejas lo demás, o te abandonas al placer y la comida se te pasa.
Como obra literaria es interesante aunque nada práctica.
Pero aquí hablamos de literatura, supongo. Para las demás cosas, a la cocina o a la exageración.